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Impacto Emocional al Retorno de las Vacaciones | Datos Fundamentales
Índice
Introducción
Las vacaciones son vistas generalmente como un período de descanso, relajación y disfrute. Yo acabé mis vacaciones de verano hace menos de un mes y pude disfrutar exactamente esas tres sensaciones, descanso, relajación y disfrute. Decidí que necesitaba en ese momento encontrar relax y desconexión externa, en otras ocasiones mi primera opción es disfrutar vacaciones llenas de experiencias, aprendizajes y descubrimientos quizá no tan internos como pude hacer en esta ocasión sino más culturares y sociales. ¡Oye! Reaprendí algo valioso, “En una misma situación puedes optar por dos decisiones, pensamientos u opciones bien distintas y ser válidas ambas, la diferencia está en que te hace sentir o que escuchas necesitar dentro de ti". Fíjate que esto lo enseño cada día en consulta, solo que a veces en una misma las lecciones llegan con la propia experiencia.
Elijas las vacaciones que elijas, hay otra realidad… ¡Acaban! Y es común que aparezca el "síndrome post-vacacional". Este término se ha convertido en una expresión común que hace referencia a la serie de emociones y sensaciones que experimentan muchas personas al regresar a la rutina laboral o escolar después de un tiempo de ocio. ¡Yo incluida! Y viviéndolo recientemente, me gustaría compartir con vosotros/as en este artículo el impacto emocional que causa el regreso de las vacaciones y ofrecer estrategias para mitigar estos efectos.
Y para que no dudes de que las vacaciones no solo son importantes sino necesarias te explicaré por qué necesitas vacaciones por salud mental y los beneficios de las vacaciones.
Características del Síndrome Post-Vacacional
El síndrome post-vacacional se manifiesta a través de una variedad de síntomas emocionales que incluyen:
- Tristeza o ansiedad: El contraste entre la alegría de las vacaciones y la rutina puede llevar a sentimientos de tristeza o ansiedad.
- Fatiga: El cambio de ritmo puede resultar en una sensación de agotamiento, incluso si fisicamente la persona descansa durante sus vacaciones.
- Dificultades de concentración: Al regresar, muchos pueden experimentar dificultades para concentrarse en el trabajo o los estudios.
- Desmotivación: Puede surgir la sensación de falta de ganas para enfrentar las responsabilidades cotidianas.
Factores que Contribuyen al Impacto Emocional
Existen varios factores que pueden intensificar el impacto emocional al volver de vacaciones:
- Expectativas no cumplidas: Muchas veces las vacaciones se imaginan como periodos perfectos, y la realidad del retorno puede chocar con estas expectativas.
- Flexibilidad y diversión: Durante las vacaciones, las personas a menudo disfrutan de horarios flexibles y actividades recreativas, lo que contrasta con la rigidez del entorno laboral.
- Falta de preparación: El no planificar adecuadamente el retorno puede provocar que el regreso sea abrumador, con una acumulación de tareas que atender.
Te dejo en este link de mi IG Estrategias para Facilitar el Retorno y poder hacer frente al impacto emocional del regreso de las vacaciones. Ver Post de Instagram
¡Necesito Vacaciones por Salud Mental! Los Beneficios de las vacaciones
Si hay algo que nos recuerda que somos humanos, es la necesidad de desconectar. Sí, te lo dice una persona que no encuentra a menudo el interruptor de off en su cabeza ya que siento mucha gratificación en ser útil y me genera mucho poder personal tener cosas que hacer, (y como psicóloga profesional y con especialidad en psicoterapia en trauma… te confirmo que esto es trauma), ya estoy aprendiendo que descansar también es hacer. Volviendo al tema, que yo estoy hablando de ese anhelado y casi utópico concepto conocido como "vacaciones". Pero, ¿por qué, con todas nuestras tareas y responsabilidades, deberíamos permitirnos ese lujo? La respuesta es tan clara como un día soleado y despejado de nubes: ¡por nuestra salud mental!
1. Alivio del Estrés: La Paz de la Playa, el campo, la montaña, el pueblo, Thailandia… ¡o el sofá!
Imagina que cada correo electrónico no leído es como una roca en tu mochila. Si sigues acumulando rocas, eventualmente necesitarás un camión para transportarlas todas. Las vacaciones son ese momento en el que puedes dejar la mochila en casa y sentir el alivio de la carga que se reduce. Un par de días lejos del tráfico, de las reuniones interminables y de la monotonía del día a día puede significar una drástica reducción del estrés. Y honestamente, ¿quién no querría cambiar las conversaciones sobre presupuestos o cualquier cosa del trabajo por diálogos sobre la mejor forma de tomar el sol o rascarse el ombligo?
2. Nuevas Perspectivas: Mirando el Mundo desde Otro Ángulo
A veces, un simple cambio de escenario puede hacer maravillas en nuestra mente. Abandonar la rutina no solo es refrescante; también ofrece nuevas perspectivas. Ya sea que decidas explorar una ciudad desconocida o simplemente disfrutar de una película en casa sin interrupciones, salir de la zona de confort, no siempre la más saludable, te permite cultivar la creatividad y la curiosidad. Y, quien sabe, tal vez encuentres la solución a ese enigma que llevabas días dándole vueltas.
3. La Importancia del Tiempo para Uno Mismo: ¡Prioriza Tu Bienestar!
El día a día puede ser como un tren bala: acelerado y abrumador. Tomarse un tiempo para uno mismo no es egoísta; es esencial. Las vacaciones nos permiten reconectar con nosotros mismos, reflexionar y, por qué no, disfrutar de esos pequeños placeres que la vida nos ofrece. Ya sea leer ese libro que has estado posponiendo desde enero, ver una serie hasta desvelarte o simplemente hacer nada (sí, nada es un arte), ¡tómate ese tiempo! Recuerda que un cerebro relajado es un cerebro productivo. Y puedes aprender que a la vuelta, aunque no tengas tanto tiempo el día está lleno de lo que yo llamo micro tiempos para usarlos en tu autocuidado. No menosprecies 5 min aunque solo sea para PARAR – RESPIRAR - CONTEMPLAR
4. Fortalecimiento de Relaciones: Tranquilos, No Hablo de Redes Sociales
Pasar tiempo con amigos y familiares sin las distracciones cotidianas puede mejorar nuestras conexiones emocionales. A veces, la mejor terapia es una buena conversación acompañada de una bebida tropical con una sombrilla, un buen vino o lo que te haga disfrutar sin desconectar. Las risas compartidas, las anécdotas y hasta los pequeños desacuerdos sobre qué juego de mesa jugar son, al final del día, momentos que fortalecen nuestros lazos. Y esos lazos se traducen en un mayor bienestar emocional.
5. Ejercicio y Naturaleza: El Combo Perfecto para el Alma
Si bien es cierto que no todos tienen que ser deportistas extremos, disfrutar del movimiento de la manera que sea es enriquecedor para cuerpo y alma. Atrévete a salir de la rutina habitual para moverte en el entorno natural que tengas más accesible. Esto puede ser una gran forma de mejorar la salud mental. Un paseo por el parque o una caminata por la montaña, unas brazadas en el mar… no solo te ayuda a despejar la mente, sino que también libera endorfinas, esas hormonas de la felicidad. Además, ¿quién puede resistirse a coleccionar buenos momentos y sensaciones para cultivar nuestras redes de memoria positivas?
Una Zancada Hacia el Bienestar
El retorno de las vacaciones no tiene por qué ser un proceso doloroso. Reconocer y aceptar las emociones que surgen en esta transición es fundamental para gestionar el impacto emocional de manera efectiva. Al implementar estrategias para facilitar el regreso a la rutina, podemos encontrar formas de integrar la relajación y la diversión de las vacaciones en nuestra vida diaria, contribuyendo a un bienestar emocional más duradero.
La próxima vez que sientas esa urgencia de llevar a cabo tareas interminables o de estar pegado a la pantalla, recuerda que tu salud mental merece un respiro. Las vacaciones no son solo una escapatoria; son una inversión en tu bienestar. Así que reúne tus sandalias y tu sentido del humor y recuerda: a la vuelta puedo retomar mi rutina intercalando micro tiempos de desconexión o autocuidado, te dejo un link con acceso a un post de mi IG que hablo de cómo lo hago yo en mi trabajo.
No te olvides, en el juego de la vida, a veces lo mejor que puedes hacer es pulsar el botón de "pausa". ¡Tus neuronas te lo agradecerán!
- Detalles
- Escrito por: Beatriz Salas Vidal
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