Dormir Mal Engorda | Mitos y Verdades

Introducción

El sueño está íntimamente relacionado con nuestro peso, ya que dormir y comer son las dos formas principales de reponer energía.

Consecuencias de dormir mal

• Aumento del cortisol: Esto lleva a una mayor producción de grasa corporal.
• Más antojos de hidratos de carbono: El cuerpo busca energía rápida. Harinas y dulces se vuelven más tentadores como un intento de compensar la energía no recuperada durante la noche.
• Desequilibrio de leptina y grelina: Estas sustancias son cruciales para el balance y la regulación del apetito.
• Desequilibrio entre estrés y relajación: Esto provoca mayor tensión, ansiedad y estado de alerta.
• Ánimo inestable: Menor claridad mental, mayor irritabilidad e impulsividad, y decisiones menos acertadas que afectan negativamente nuestra salud y nuestro peso.

"Cuando estamos de mal humor, cansados o ansiosos, ¿qué hacemos? ¿Comemos?"

"¡Dormir poco y mal engorda!"

Los beneficios de dormir bien

El sueño es una necesidad básica del ser humano. Tiene funciones de restauración y ayuda a reajustar y conservar todos los sistemas del cuerpo. Por eso es crucial para nuestra salud.

Si quieres mantener un peso saludable, dormir bien es esencial. No dormir adecuadamente puede llevar a una falta de energía que se confunde con hambre, predisponiéndonos a comer más de lo necesario y a elegir alimentos con mayor contenido energético.

Principales efectos de lograr un descanso reparador

• Estabiliza la presión arterial.
• Mejora la retención de información y la memoria.
• Reduce el riesgo de problemas cardiovasculares.
• Aumenta la creatividad.
• Mejora la autoestima y la calidad de vida.

Además, dormir bien mantiene en marcha los ciclos circadianos, regulando la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la secreción hormonal y, aunque no lo creas, también el estado de ánimo.

Consejos para dormir mejor

1. Dormir antes de las 11 o 12 de la noche: Entre las 11 pm y las 3 am se produce el sueño no REM profundo, crucial para la reparación y regeneración celular, desintoxicación y producción de hormonas. Si te acuestas mucho más tarde, pierdes este tiempo de reparación. Intenta ajustar tu horario paulatinamente, durmiendo media hora antes cada semana hasta alcanzar tu meta de un horario más saludable.
2. Crea un ritual de sueño personalizado: Dedica 5 o 10 minutos a un ritual que te relaje: utiliza aromas agradables, date un masaje en los pies, toma un baño tranquilo, realiza estiramientos, lee un libro, escucha música relajante, medita, pinta mandalas o escribe en un diario. Esto condiciona al cerebro para conciliar el sueño, relajándose automáticamente cuando percibe estas señales. La repetición diaria es clave para que se convierta en rutina.
3. Desconéctate del día: Libérate de las preocupaciones y emociones del día escribiendo o hablando sobre ellas conscientemente. Esto te ayudará a "quitarte el día de encima", como cuando te quitas el maquillaje o la ropa del día.
4. Evita estimulantes y alimentos pesados principalmente antes de dormir: Evita la cafeína, teína, chocolate, alcohol, alimentos grasosos, muy azucarados, picantes o con mucho condimento. Espera al menos una hora después de comer antes de acostarte.
5. Apaga dispositivos electrónicos y luces: La luz de dispositivos como la televisión, tablet o móvil nos mantiene en alerta e inhibe la producción de melatonina. Apaga todas las pantallas y luces al menos una hora antes de dormir.
6. Crea un espacio agradable: Invierte en sábanas suaves, almohadas y colchón cómodos, y ropa de cama y pijamas de buena calidad. Utiliza aromas relajantes que estimulen otros sentidos menos activados.
7. Organiza el día siguiente: Deja preparado lo que necesitas para el día siguiente: itinerario, dinero, desayuno, ropa, etc. Esto reduce el estrés y facilita el descanso.
8. Haz estiramientos y ejercicios de relajación: Realiza estiramientos acompañados de respiración consciente y relajación, guiados si es necesario, con una voz suave y tranquilizadora.