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Los 7 Errores Más Comunes a la Hora de Hacer Dieta

los 7 errores que más solemos cometer a la hora de hacer la dieta

¡El primer error es HACER DIETA!

Si, la verdad que la palabra, de por sí ya es desagradable, suena a restricción, régimen, estricto, rígido, hambre; al menos a mí me suena así.

Enfrentar un plan de alimentación con esta idea no creo que pueda llevarnos a buen puerto, empezar un plan con la idea de respetarte, conocerte y valorarte y desde ahí cuidarte, estoy segura que sí. Ese es mi primer consejo: ¡No hagas dieta!

Ahora te cuento algunos errores que pueden frustrar el intento de cuidarnos llevando una alimentación diferente de lo que hacíamos hasta ahora con el objetivo de bajar de peso y estar más saludables.

1. Comer menos de lo que indica el plan de alimentación

Muchas personas creen que cuanto menos coman, más efectivo será el esfuerzo. Sin embargo, esto no sólo puede hacer fracasar el intento de bajar de peso sino también puede afectar a tu salud. ¿Por qué?

Para sobrevivir el cuerpo necesita de la energía que obtiene de los alimentos. Cuando comemos menos de lo que necesitamos se puede producir una pérdida de peso que no es resultado de la reducción de la grasa corporal sino de una pérdida de masa muscular y de líquidos.

Además, para adaptarse a esta nueva situación y conservar el máximo de energía posible, el organismo reduce el ritmo del metabolismo para gastar menos calorías. Se pone en modo ahorro, le resulta agresiva esta situación al cuerpo, lo vive como una alerta, no entiende si no como porque NO hay disponibilidad de alimentos o porque decidí hacer dieta.

Cuando “dejamos la dieta restrictiva”, el cuerpo continúa con este mecanismo de defensa, es decir que le costará más quemar las calorías y continuará almacenando energía en forma de grasa. Esto significa que aún cuando comamos la misma cantidad y tipo de alimentos que antes, el peso aumentará (famoso efecto rebote).

"Para que el plan de alimentación tenga éxito debe haber armonía en la alimentación, en calidad y cantidad."

2. Consumir productos “light” como si fueran mejores y en cantidades abundantes

Los alimentos “light” no siempre son saludables, me atrevo a decirte que la mayoría no lo son. La denominación “light” (del inglés liviano, ligero) no significa sin calorías, o de “pocas calorías”, sino que tiene menos que la versión “normal” del mismo producto. Y para lograr esto la industria alimentaria recurre a edulcorantes artificiales, exceso de sal y aditivos, etc. con tal de lograr reducción calórica y “disfrazar” ese alimento para que siga siendo apetecible, suelen resignar calidad nutricional, así que de verdad YO NO te los recomiendo.

"Si eliges productos light, que sea moderadamente y sólo aquellos que son de buena calidad."

3. Consumir poca variedad de alimentos

Hay dietas que se basan en pocos alimentos, y “prohíben” muchos. Por mi parte opino que la prohibición aumenta el deseo, en mis planes no hay alimentos prohibidos.

Además si esta alimentación se mantiene en el tiempo, el organismo podría no incorporar todos los nutrientes que necesita para funcionar bien. Por otro lado, estas dietas pronto generan aburrimiento y cuando se retoma la alimentación habitual, se recupera el peso.

4. No llevar un control de lo que se come. Te recomiendo que apuntes un tiempo tus comidas; llevar un registro te ayuda a VER, evaluar y tomar mejores decisiones

Muchas veces subestimamos lo que comemos, olvidamos los aderezos o los snacks (como galletas, papas fritas y caramelos) no tenemos en cuenta el tamaño de las porciones o simplemente no sabemos cuántas porciones de pizza comimos durante la cena. No contamos el alcohol, ni los picoteos entre ingestas. Estas pequeñas o grandes diferencias en la ingesta tienen consecuencias en nuestro peso, y muchas veces llevan a la frustración (“no puedo bajar”) o a la negación (“¡pero si no comí nada!”).

5. No planificar las comidas

A veces, cuando una persona está a dieta, piensa que tiene todo bajo control y que bastará con cumplir lo pautado para alcanzar su objetivo. Pero no estamos solos en el mundo: siempre hay amigos que cumplen años, salidas a restaurantes, fiestas u otras ocasiones especiales. En estas ocasiones es fundamental evitar la improvisación. Si comemos fuera, es conveniente pensar con antelación qué es lo que vamos a pedir. Si es una fiesta, es recomendable hablar con el organizador y preguntar qué opciones hay, y ofrecer nuestra ayuda para colaborar con el menú.

"El plan debe ser flexible y dejar espacio para algún gustito de vez en cuando. No es cuestión de sufrir de antemano o no ir al evento; sino de pensar cómo voy a manejarme en esa situación."

6. No realizar actividad física

El ejercicio es el principal aliado de tu plan de autocuidado, ya que es la forma más importante de quemar calorías y grasa. Además, es fundamental fortalecer y generar músculo, ya que aumenta tu metabolismo, y por otra parte es súper importante durante la etapa de mantenimiento para no recuperar los kilos que con tanto esfuerzo lograste bajar.

7. Prohibirse los “gustos o caprichos”

Además de una necesidad biológica, comer es un verdadero placer y no tiene sentido ni es realista que nos privemos de él. Es cierto que ninguna dieta servirá si comemos todos los días alimentos con muchas calorías. Pero no hay razón para no darse un capricho de vez en cuando, y cualquier plan de alimentación serio los debería incluir en forma moderada.