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Conciencia Emocional | La Inteligencia Emocional en Niños
Índice
Introducción
Antes de adentrarme a hablarte sobre la Inteligencia Emocional en el mundo Infantil déjame que te lleve un pasito atrás en el arte del manejo de las emociones. No podemos desarrollar una inteligencia emocional si no trabajamos la capacidad de ser consciente de las propias emociones, así como de reconocer y comprender las emociones de los demás. La conciencia emocional, es el constructo que describe esto sin dejar de lado la capacidad de identificar y entender las propias emociones en el momento en que se experimentan, así como ser capaz de percibir las emociones de los demás.
Si quieres entender mejor qué es y a qué se refiere la conciencia emocional, lee con atención este artículo del blog que escribí anteriormente Conectando con Nosotros Mismos y los Demás: El Arte de la Conciencia Emocional.
¿Qué es la Inteligencia emocional?
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de manejar las propias emociones de manera efectiva, son las herramientas que poseen los más pequeños y pequeñas en este caso, para dominar y tomar el control de sus emociones y sus sentimientos, así como de manejar las relaciones interpersonales de forma adecuada. La inteligencia emocional implica habilidades como la autoconciencia, el autocontrol, la auto motivación, la empatía y las habilidades sociales.
El desarrollar la inteligencia emocional en los niños y niñas juega un papel fundamental en el crecimiento de la inteligencia interpersonal (capacidad de desarrollar relaciones saludables y empáticas con los demás), e intrapersonal (mayor autoconciencia y autocontrol). Ayudándoles a generar esta inteligencia emocional les vamos a brindar la oportunidad de entender sus propias emociones y necesidades, lo que les permite tomar decisiones más acertadas y gestionar de forma más efectiva su vida personal y escolar (inteligencia intrapersonal). Además, al tener una mayor comprensión de las emociones de los demás y ser capaces de empatizar con ellos, se mejora la comunicación, se fortalecen las relaciones interpersonales y se fomenta un ambiente positivo y colaborativo en los grupos y equipos de trabajo (inteligencia interpersonal).
Te podrás dar cuenta que desarrollar inteligencia emocional fomenta dos tipos de inteligencia, de las 8 que muestra el psicólogo estadounidense Howard Gardner en su Teoría de las Inteligencias Múltiples, ideada como contrapeso al paradigma de una inteligencia única.
En definitiva, trabajando la inteligencia emocional van a aprender a comprenderse a sí mism@s y a l@s demás de manera más profunda, lo que les facilita establecer relaciones más significativas y efectivas tanto consigo mism@s como con l@s demás.
¿Qué significa exactamente comprenderse a sé mism@?
Los niños y niñas se están desarrollando y en ese proceso debemos ayudarles a tener una comprensión profunda de ellos mismos, hacerles conscientes de sus propias emociones, pensamientos, comportamientos, valores, fortalezas y debilidades. La conciencia emocional de uno mismo se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar adecuadamente las propias emociones. Tener conciencia de las propias emociones. Implica ser consciente de cómo nos sentimos en diferentes situaciones, identificar las emociones que experimentamos y entender cómo estas emociones pueden influir en nuestro comportamiento y decisiones. La conciencia emocional de uno mismo es fundamental para el autoconocimiento, la inteligencia emocional y el bienestar emocional general.
Tener autoconocimiento implica ser conscientes de nuestras motivaciones, metas, deseos y necesidades, así como de cómo nos relacionamos con los demás y con nuestro entorno. Comprenderse a si mismo es fundamental para desarrollar la autoestima, la confianza en uno mismo y la capacidad de tomar decisiones conscientes y alineadas con nuestras verdaderas necesidades y deseos. También nos ayuda a identificar y gestionar nuestros puntos ciegos, sesgos y creencias limitantes, y a cultivar una mayor empatía y comprensión hacia los demás. Tener autoconocimiento nos permite vivir de forma más auténtica, plena y consciente.
Ejemplos de conciencia emocional e inteligencia emocional
En esta parte del artículo, vamos a explorar algunos ejemplos prácticos de cómo estas habilidades se aplican en la vida diaria, y cómo pueden contribuir al bienestar emocional y social de nuestros peques. Desde reconocer y expresar nuestras emociones de manera asertiva hasta saber cómo manejar situaciones conflictivas de forma empática, la conciencia emocional y la inteligencia emocional juegan un papel crucial en el desarrollo personal y académico (más adelante en el profesional). ¡Descubramos juntos cómo podemos potenciar estas habilidades en nuestro día a día con nuestros hijos!
1. Conciencia emocional: Los niños y niñas que demuestran conciencia emocional pueden identificar y expresar sus propias emociones de manera adecuada. Por ejemplo, si un niño se siente triste porque su mascota está enferma, puede comunicar sus sentimientos a sus padres y pedir apoyo emocional. Se muestra una buena conciencia emocional también si una niña reconoce que se siente triste porque no pudo salir a jugar con sus amigos, y es capaz de verbalizarlo sin reprimir sus emociones. También puede reconocer y comprender las emociones de los demás, como cuando consuela a un amigo que está llorando.
Para bajar estos ejemplos aún más a tierra y entender la importancia de que desarrollen los niños esta conciencia emocional permíteme que os cuente una anécdota que viví el otro día en casa de unos amigos. Se estaba celebrando el cumpleaños de su nieta de 2 años. Ella y su primo de la misma edad estaban jugando y los dos querían el mismo juguete, como es propio a esa edad, no eran capaces de jugar juntos con el mismo juguete, cada uno quería usarlo de manera individual. Alguien de la familia quitó el juguete de la mano del niño y se lo dio a la niña “Toma, es tu juguete y es tu cumpleaños…” el niño miró perplejo a la persona y a la sala, estábamos todos alrededor observando, y frunció en ceño, cruzó los brazos y expresó “estoy enfadado…” Muchos no se dieron cuenta de la importancia que tenía que el niño fuera capaz de identificar su emoción y de expresarla. Tenía conciencia de su propia emoción. Sin embargo, el papá de la niña sí que valoró esta conciencia y respondió “a mi me gustaría que mi hija pudiera expresar como se siente así de bien”. Poca gente entendió el motivo de esa respuesta, yo sí, conozco bien y paso tiempo con la familia. La preocupación y sorpresa de ese papá por la reacción de ese niño de la misma edad de su hija radica en que cuando su niña se enfada se da golpes en la cabeza. No sabe expresar su emoción, posiblemente no sabe identificarla, no tiene conciencia de su propia emoción, por lo que es mucho más difícil ir aprendiendo a gestionarla.
2. Inteligencia emocional: Los niños y niñas con inteligencia emocional puede regular sus emociones de manera efectiva y resolver conflictos de manera constructiva. Por ejemplo, si un niño se siente enojado porque una compañera de clase le quitó un juguete, puede usar estrategias de manejo de emociones, como la respiración profunda o la comunicación asertiva, para calmarse y resolver el problema de manera pacífica. O si una niña logra controlar su enojo y busca soluciones pacíficas para resolver un conflicto con su hermana en lugar de reaccionar impulsivamente, esto muestra un buen nivel de inteligencia emocional. También puede mostrar empatía hacia los demás, entendiendo y respetando sus sentimientos y perspectivas.
Ambas habilidades son fundamentales para el desarrollo socioemocional de los niños y su bienestar emocional. La conciencia emocional y la inteligencia emocional, son fundamentales para el desarrollo emocional sano de los niños y les ayudan a relacionarse de manera positiva con los demás y a enfrentar los retos de la vida de manera más efectiva.
Beneficios
Te estarás dando cuenta de que muchas son las ventajas y los beneficios que se obtienen al desarrollar una buena inteligencia emocional.
Diversos estudios reflejan cómo favorecer el conocimiento emocional, facilitar la expresión de las emociones y hacerlo de manera asertiva lleva a encontrar soluciones y resolución de dificultades eficaces.
Las personas adultas, hemos de esforzarnos en trabajar nuestra inteligencia emocional para poder acompañar y desarrollar de manera correcta la inteligencia emocional en la población infantil desde edades bien tempranas.
“La mejor forma de que tus hijos tengan una buena inteligencia emocional es que desarrolles primero la tuya y así puedas trasmitírsela en las pequeñas acciones de cada día”.
Álvaro Bilbao
Como pa/madres, familia, educadores o sociedad tenemos esta asignatura pendiente. Empecemos a aplicar en nosotros mismos esta capacidad, desarrollemos la conciencia emocional de uno mismo para desarrollar una sólida Inteligencia Emocional y así poder beneficiar a nuestros niños de un desarrollo emocional sano que les ayudará a relacionarse de manera positiva con los demás y a enfrentar los retos de la vida de manera más efectiva.
Y podremos encontrar otros beneficios más concretos como:
- Mejorar la capacidad de identificar las propias emociones y describirlas.
- Reducir considerablemente la cantidad de “rabietas” o “berrinches” en los más pequeños.
- Fomentar la asertividad y empatía.
- Muy en relación con la empatía y asertividad, otro beneficio y ventaja de la Inteligencia Emocional es que se reducen los niveles de bullying las escuelas, en los colegios e institutos.
- Desarrollar herramientas para la solución de conflictos.
- Aumentar la motivación.
- Manejar con mayor facilidad las relaciones sociales a la hora de establecerlas y mantenerlas.
- Fomentar la resiliencia.
- Desarrollar tolerancia a la frustración.
10 Actividades para avivar la conciencia emocional e inteligencia emocional de l@s niñ@s
1. Juego de las emociones: Fomenta la identificación y expresión de emociones a través de cartas, fotografías, dibujos con diferentes emociones y situaciones y preguntándoles qué les pasa, qué sienten y por qué creen que lo sienten.
2. El termómetro de las emociones: Usa un termómetro para que los niños puedan expresar en qué nivel de intensidad se encuentran sus emociones y cómo pueden calmarse. Esto facilita la conciencia de las propias emociones y la regulación.
3. Caja de la calma: Invita a los niños a crear una caja con objetos que les ayuden a calmarse y manejar sus emociones, como pelotas antiestrés o tarjetas de relajación.
Es habitual que los niños y niñas en algunas situaciones se vean descontrolados por las emociones (rabietas, gritos, golpes…) Nosotros no podemos reforzar esa situación, debemos aprovechar esos momentos para identificar y enseñarles a expresar su emoción, por ejemplo, “estas enfadado, puedes decirlo en voz alta mejor que pegar y podemos ir a nuestra caja de la calma a relajarnos y luego hablar y solucionar esto”.
4. Role-playing: Crea escenarios en los que los niños y niñas puedan recrear situaciones difíciles y practicar la empatía y la resolución de conflictos actuando diferentes roles (personajes) y situaciones.
Desde este juego podemos razonar con ellos a través de un dialogo reflexivo continuo sobre las diferentes dimensiones que se hayan reflejado en el role-playing: ¿Cómo crees que se siente el abuelo cuando ocurrió eso que estábamos recreando? ¿Por qué crees que la respuesta de tu hermana fue llorar? ¿Crees que esa situación sin resolver deja contenta a mamá?
Esta manera de educar en el juego vamos a trasladarla a la vida cotidiana y cuando haga o diga algo que pueda dañar a alguien, en vez de usar el castigo, pregúntale cómo cree que se siente la otra persona después de lo que hizo o pasó. Y acuerda con él/ella cómo se puede reparar la acción. Así, ellos irán poniéndose en el lugar del otro, reconociendo emociones en los demás y comprendiendo en que situaciones pueden nacer ciertas emociones.
5. El Semáforo emocional: es una técnica utilizada en psicología para ayudar a las personas a identificar y gestionar sus emociones. Consiste en utilizar una metáfora del semáforo con tres colores: rojo, amarillo y verde, para representar diferentes estados emocionales. Los niños de entre 4 y 10 años ya deberían identificar emociones, pero no se les da bien regularlas, no son capaces de dar respuesta proporcional a la situación que han vivido. Por ejemplo, les pido que dejen de jugar y se preparen para salir a comprar, y comienzan a llorar y gritar. El semáforo de las emociones nos puede ayudar a enseñar a graduar su emoción de una manera divertida y muy visual. Podemos comenzar a realizar juntos nuestro propio semáforo, como una manualidad.
Asignaremos cada color a una emoción:
- Color rojo: Representa las emociones intensas como la ira, la furia o la frustración. En este estado, la persona puede sentirse abrumada y tener dificultades para controlar sus reacciones emocionales.
- Color amarillo: Representa las emociones de alerta como la ansiedad, el miedo o la preocupación. En este estado, la persona puede sentirse nerviosa o inquieta ante una situación estresante.
- Color verde: Representa las emociones positivas como la alegría, la calma o la satisfacción. En este estado, la persona se siente tranquila, feliz y en equilibrio emocional.
La técnica del semáforo emocional consiste en identificar en qué color se encuentra la persona en un momento dado y aprender a regular sus emociones para poder volver al estado verde, donde se encuentra en un equilibrio emocional.
6. Cuentos emocionales: Lee cuentos que aborden emociones y situaciones emocionales para ayudar a los niños a comprender y manejar sus propias emociones. E imprescindible enseñar la escucha activa. Escuchar no es guardar silencio mientras los demás hablan, es aprender a escuchar activamente.
Durante la lectura se pueden ir fomentando diálogos reflexivos sobre lo que está sucediendo en la historia y cómo se están sintiendo los personajes. “¿Has entendido porque se siente así?”, “¿Estás de acuerdo en cómo le dijo aquello, o en cómo reaccionó ante su amigo?”…
Y no olvides trasladar esta manera de diálogo y escucha a tu día con ellos, es necesario que ellos también se sientan escuchados. Y si en alguna situación los notamos demasiado apartados o callados, mejor preguntarles qué opinan o qué harían ellos.
7. Juego de mindfulness: Fomenta la atención plena a través de juegos y actividades que inviten a los niños a ser conscientes de sus emociones en el momento presente.
No sólo nos podemos conformar con permitir que expresen sus emociones libre y espontáneamente. Deben aprender a hacerlo asertivamente y entender que no siempre van a poder controlar lo que sienten, sin embargo, sí que van a poder decidir cómo responder a las diferentes situaciones y emociones. Por ello, enseñar a canalizar sus emociones y gestionarlas es tan importante. Los juegos de mindfulness nos ayudan a esto, hacer sencillas técnicas de respiración, dar un paseo presente… y después regresar para abordar el problema, la dificultad que me generó el enfado… ¡sin haber estallado!.
8. Juego de agradecimiento: Invita a los niños a escribir o dibujar cosas por las que están agradecidos cada día para fomentar la gratitud y la positividad. Al fomentar la gratitud, los niños aprenden a valorar lo que tienen, a ser más empáticos con los demás y a desarrollar una actitud positiva hacia la vida.
Además, los juegos de agradecimiento promueven la autoestima y la confianza en uno mismo, ya que al expresar gratitud por sus logros y por las cosas positivas que les suceden, los niños se sienten valorados y reconocidos. Esto les permite desarrollar una mayor confianza en sus habilidades y en su capacidad para enfrentar los retos que se les presenten.
Por otro lado, los juegos de agradecimiento también promueven la empatía y la conexión con los demás, ya que al expresar gratitud hacia las personas que les rodean, l@s niñ@s aprenden a valorar las relaciones interpersonales y a fortalecer los lazos afectivos con sus familiares y amigos.
9. Juegos para fomentar las habilidades sociales: Podemos incentivar juegos cooperativos y comunitarios, juegos que necesiten e impulsen el trabajo en equipo para que el/la niño/a aprenda a relacionarse con sus padres e iguales.
- Los juegos que fomentan la competencia sana, la comunicación y la capacidad de trabajar en equipo, juegos de mesa como el ajedrez, el parchís o el scrabble, ayudan a desarrollar habilidades de toma de decisiones, planificación estratégica y habilidades de comunicación.
- Juego de la verdad, para conocer más de los otros, fomentar la confianza y la honestidad.
- Juegos de palabras o de construcción para fomentar la colaboración, la creatividad, la comunicación efectiva, la resolución de problemas en grupo.
- Juegos de improvisación teatral, donde los participantes deben actuar sin guion, fomentan la creatividad, la comunicación verbal y no verbal, y la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas.
10. Alentar en lugar de alabar: Por último, fortalecer la autoestima y estimular hacia el logro es una clave para desarrollar la inteligencia emocional. Es necesario que practiquemos una comunicación alentadora, en vez de alabar en vacío. Poner el foco en el esfuerzo y la mejoría, en vez de quedarse únicamente en el éxito . Así, aprenderán a valorar el camino y los aprendizajes de cualquier situación, incluso cuando los resultados no son los esperados. Dar una visión de que el error no es un fracaso sino el no verlo y trabajar en ello.
Espero que hayas llegado hasta aquí para poder comprender qué es la conciencia emocional, cómo y por qué es importante fomentar la Inteligencia Emocional en niños. En mi consulta muchas veces padres y madres me dicen, “Beatriz, yo sólo quiero que mi hijo sea feliz”. Aquí os he dejado la pista de cómo conseguir no que vuestros hijos sean felices sino algo más valioso, que aprendan a sentir bien para poder sentirse bien.
- Detalles
- Escrito por: Beatriz Salas Vidal
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